MUSICA

En el método Montessori:
Para el comienzo de la educación del sentido musical se usan las campanillas.



Foto tomada en Berlin en 1920. 

Consiste en una doble serie de campanillas que forman una octava con tonos y semitonos. Estas campanillas están colocadas sobre una pequeña base de madera rectangular y son todas aparentemente iguales, pero, cuando se golpean con un pequeño mazo de madera, dan sonidos correspondientes a las notas do re mi fa sol la si do do re fa sol la.

Las series de campanillas están colocadas por orden de sonidos, sobre una larga tabla, en donde se han pintado espacios rectangulares blancos y negros y del mismo tamaño que las bases que soportan las campanillas. Como en las teclas del piano, los espacios blancos corresponden a los tonos y los negros a los semitonos.

Al principio solo han de colocarse las maderas que correspondan a los tonos: éstas se ponen sobre los espacios blancos en el orden de las notas musicales: de re mi fa sol la si do.

Para hacer el primer ejercicio el niño golpea, con el pequeño mazo, la primera nota de la serie que es el do. Entonces, entre la segunda serie de campanillas que están mezcladas sobre la mesa, pero sin los semitonos, golpea una tras otra hasta encontrar un sonido idéntico al que ha golpeado (do).
Cuando ha conseguido encontrar la campanilla correspondiente la junta a la primera sobre la tabla.

Continúa del mismo modo hasta el fin, buscando la identidad de sonidos y formando pares, como en el caso de los cilindros de sonidos.

Por último, aprende el orden de sonidos de la escala musical golpeando, en sucesión rápida, las campanillas colocadas en orden y también acompañando su acción con el nombre: do re mi fa sol etc.
Cuando es capaz de reconocer y recordar la serie de sonidos, el niño toma las ocho campanillas, y después de mezclarlas, busca golpeandolas con el mazo hasta que encuentre el do, después el re etc. Cada vez que toma una nueva nota, golpea desde el principio todas las campanillas hasta reconocerlas y colocarlas en orden: do re, do re mi, do re mi fa, etc. De este modo llega al final a colocar todas las campanillas en el orden de la escala, guiado sólo por su oído; y habiéndolo logrado, golpea todas las notas una tras otra subiendo y bajando la escala.

Este ejercicio es fascinante para los niños de cinco años en adelante.

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